lunes, 30 de julio de 2007

“ANTOLOGÍA COMENTADA DE LA LITERATURA PUNEÑA” DE FELICIANO PADILLA

Por Fidel Mendoza
Se ha publicado una obra de singular importancia para la tradición literaria de Puno. “ANTOLOGÍA COMENTADA DE LA LITERATURA PUNEÑA” del reconocido escritor Feliciano Padilla. Editado en Lima, con el sello del “Fondo editorial Cultura Peruana”. Tiene una edición impecable, imponiéndose el gusto literario que sólo se conoce en los talleres dedicados a la publicación de libros, y esos talleres gráficos indudablemente se encuentran fuera de Puno. Editar un libro es un arte que tiene exigencias estrictas, condiciones que se aprecian en la obra de Feliciano Padilla. La edición de la obra estuvo a cargo del conocido académico de las letras puneñas José Luis Velásquez Garambel. El libro a la fecha se convierte en una de las antologías más completas y actualizadas de la producción intelectual de la región. Jorge Flórez Aybar, refiere: “Esta obra del narrador Feliciano Padilla es un libro que recoge lo mejor de la producción literaria de la Región de Puno”.
El trabajo por la calidad que posee, constituye la piedra angular para conocer el panorama literario de Puno, permitiendo vislumbrar desde la literatura oral puneña hasta la literatura contemporánea.
La obra se divide en dos capítulos. En el I Capítulo, incluye la Literatura Oral Altiplánica, incluyendo los cuentos más clásicos de la oralidad puneña, los mismos que fueron transmitidos de generación en generación. Encontramos los conocidos cuentos “Del zorro y la wallata”, “El zorro y el condor”, “El origen del lago Titicaca, “Del zorro y cuy”. Padilla, afirma “Toda oralidad está en correspondencia con una racionalidad; vale decir, con una forma de conceptuar y representar el mundo”. Evidentemente la oralidad procede desde tiempos anteriores al conocimiento del sistema lingüístico español, y refleja las vivencias de los antiguos peruanos que practicaron una literatura oral de singular trascendencia; En el II Capítulo, presenta la Literatura Puneña Escrita, dividiendo este capítulo en poesía y narrativa. En poesía aparecen desde Gabino Pacheco Zegarra, hasta los vates de la “Generación del 90”; en narrativa, existe una subdivisión en: La narrativa puneña de la iniciación; La narrativa puneña de la etapa de la consolidación y los narradores de fin de siglo. Propiamente no es una periodificación que corresponda a momentos o épocas de la literatura puneña, pero muestra en esa direccionalidad insertando autores y trabajos de cada estadio. Existe una exquisita selección de las producciones de diferentes autores puneños.
En la presentación del libro, efectuado el viernes 3 de junio, en el Instituto Americano de Arte de Puno, el Dr: Juan Luis Cáceres Monrroy, en el comentario de la obra afirmó: “El libro de Antología Comentada De La Literatura Puneña, de Feliciano Padilla, es la biblia de literatura puneña”, interpretando esta apreciación, por la magnitud de su contenido se torna en un texto fundamental para conocer el panorama de la literatura puneña, que todo intelectual, sobretodo los docentes del área de letras deben de conocer el valor de la literatura puneña. El Dr. Cáceres, destacó también la inclusión de algunos escritores que no habían sido considerados en antologías anteriores, el caso de Vicente Achata, José Parada Manrique, de este último el comentarista pidió que el propio Padilla, leyera el poema NN... NN..., el mismo que fue leído, despertando los aplausos del auditorio.
El Mg. Bladimiro Centeno, evocó que en la obra “Se fundamenta en la muestra relevante de cada periodo y actualiza la narrativa puneña en su espacio presente”, efectivamente cumple esa función de mostrar lo mejor y contemporalizar la literatura puneña. Mas adelante Centeno, refirió que los comentarios insertados en la obra, “No se definen como una metacrítica, sino constata la valoración señalada en su momento respecto a las obras”.
En “Antología Comentada de la Literatura Puneña” se aprecian criterios valorativos respecto a los antologados, incluyendo la parte biográfica y comentarios existentes en relación a la producción individual. Es fundamental su lectura, porque no sólo presenta nombres de los protagonistas, sino promociona académicamente la literatura puneña, en un escenario nacional. Esta empresa fue asumida con criterio técnico para mostrar lo más selecto de la literatura puneña. Es un libro que no debe faltar en ninguna biblioteca.
Feliciano Padilla, es un narrador que ha publicado obras, que fueron debidamente considerados en la crítica nacional. Padilla, forma parte de esa pléyade de escritores peruanos que vienen entregando lo mejor de su producción intelectual. Sus cuentos fueron publicados en las antologías de mayor trascendencia de la literatura peruana, fue publicado y comentado por reconocidos estudiosos como José Antonio Bravo, Mark R. Cox, Ricardo Gonzáles Vigil y otros.
Sus obras más resaltantes son:
- La estepa calcinada. Puno – 1984
- Réquiem. Puno -1986
- Surcando el Ttiikaka. Arequipa -1988
- Dos narradores en busca del tiempo perdido. Arequipa – 1990
- La huella de sus sueños sobre los siglos. Puno-1994
- Alay Arusa. Puno – 1995
- Polifonía de la piedra. La Paz (Bolivia) -1998.
- Calicanto. La Paz (Bolivia) – 1999.
- Amarillito amarilleando. Lima - 2003

EL ORIGEN DEL LAGO TITICACA(*)

Cuentan los abuelos que la zona en la que ahora viven los puneños era antiguamente un inmenso valle llamado Tierra Eterna. En la parte en la que ahora está el lago se desarrolló un pueblo también muy grande llamado pueblo eterno.
Aquellos eran tiempos felices. Nadie sabía qué era el sufrimiento. La tierra era generosa: daba abundantes frutales y plantas maravillosas que no había que cuidar. Bastaba con recoger los frutos y servirse lo que uno necesitase. Había también plantas de las que brotaba la lana con la que se confeccionaban hermosos vestidos como los que jamás nadie ha visto. El clima siempre era perfecto: no había exceso de lluvias, ni existía la sequía. Los animales vivían entre los hombres porque eran muy mansos.
Los hombres eran poderosos porque convertían las montañas en llanuras con sólo disparar sus hondas. Todos poseían oro y joyas. Las calles del pueblo estabn llenas de palacios, templos y santuarios revestidos de oro y plata con incrustaciones de piedras preciosas. Pero, ocurrió que estas personas desobedecieron el mandato divino cometiendo una falta grave y el Dios padre muy enojado se dirigió a ellos:
- Ustedes ya no no viven según mi mandato, por lo tanto les prohíbo escalar la cumbre sagrada. Nadie tendrá derecho a subir al santuario, y si alguien lo intentase, perecerá.
Esta sentencia fue escuchada por el diablo que desde ese momento se dedicó a tentar a los hombres.
- Si escalan el santuario podrán poseer el mismo poder que el Dios supremo, les decía.
Entonces los hombres intentaron subir a la cumbre sagrada, cuando en eso el Dios supremo encolerizado les envió miles de pumas para que devoren a toda la población. Aterrados pidieron protección al diablo, quien se los llevó a las profundidades de la tierra, debajo del lago, en donde siguen viviendo convertidos en espíritus malignos.
Tanto dolor produjo al Señor supremo el hecho de que los hombres hubiesen pedido ayuda al demonio que eclipsó el sol e hizo temblar la tierra como si fuera el fin del mundo. Al mismo tiempo todos los seres celestiales empezaron a llorar amargamente provocando terribles tormentas de lluvia que duraron todo el día y toda la noche. Poco a poco, el pueblo fue desapareciendo debajo de las aguas, quedando al final en lo más profundo del lago. No quedó ni un animal vivo. Sólo se salvó, por obra divina, una pareja de humanos que logró cogerse de un tronco de sauce que se mantuvo a flote. Sólo ellos dos, porque los demás no pudieron escapar de la muerte. Finalmente, el Dios supremo sintió compasión e hizo que la lluvia cesara. Pasaba la tormenta la pareja de sobrevivientes contempló millares de plumas muertos (titis) que flotaban sobre las aguas con sus vientres de color gris. (qaqa) hacia arriba.
Así cuentan la historia del origen del lago llamado Titicaca y del Pueblo Eterno que está sumergido en sus profundidades, el que _según dicen_ puede verse en las lúgubres noches de luna nueva.

(*) Este cuento de la literatura oral recopilado por Edwin Tito Quispe, está incluido en “Antología Comentada de la Literatura Puneña” de Feliciano Padilla.