JORGE LUIS
BORGES
Fragmentos De Un
Evangelio Apócrifo
3. Desdichado el pobre en espíritu, porque bajo la tierra
será lo que ahora es en la tierra.
4. Desdichado el que llora, porque ya tiene el hábito
miserable del llanto.
5. Dichosos los que saben que el sufrimiento no es una
corona de gloria.
6. No basta ser el último para ser alguna vez el primero.
7. Feliz el que no insiste en tener razón, porque nadie la
tiene o todos la tienen.
8. Feliz el que perdona, a los otros y el que se perdona a
sí mismo.
9. Bienaventurados los mansos, porque no condescienden a la
discordia.
10. Bienaventurados los que no tienen hambre de justicia,
porque saben que nuestra suerte, adversa o piadosa, es obra del azar, que es
inescrutable.
11. Bienaventurados los misericordiosos, porque su dicha
está en el ejercicio de la misericordia y no en la esperanza de un premio.
12. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ven a
Dios.
13. Bienaventurados los que padecen persecución por causa de
la justicia, porque les importa más la justicia que su destino humano.
14. Nadie es la sal de la tierra; nadie, en algún momento de
su vida, no lo es.
15. Que la luz de una lámpara se encienda, aunque ningún
hombre la vea. Dios la verá.
16. No hay mandamiento que no pueda ser infringido, y
también los que digo y los que los profetas dijeron.
17. El que matare por la causa de la justicia, o por la
causa que él cree justa, no tiene culpa.
18. Los actos de los hombres no merecen ni el fuego ni los
cielos.
19. No odies a tu enemigo, porque si lo haces, eres de algún
modo su esclavo. Tu odio nunca será mejor que tu paz.
20. Si te ofendiere tu mano derecha, perdónala; eres tu
cuerpo y eres tu alma y es arduo, o imposible, fijar la frontera que los
divide. . .
24. No exageres el culto de la verdad; no hay hombre que al
cabo de un día, no haya mentido con razón muchas veces.
25. No jures, porque todo juramento es un énfasis.
26. Resiste al mal, pero sin asombro y sin ira. A quien te
hiriere en la mejilla derecha, puedes volverle la otra, siempre que no te mueva
el temor.
27. Yo no hablo de venganzas ni de perdones; el olvido es la
única venganza y el único perdón.
28. Hacer el bien a tu enemigo puede ser obra de justicia y
no es arduo; amarlo, tarea de ángeles y no de hombres.
29. Hacer el bien a tu enemigo es el mejor modo de complacer
tu vanidad.
30. No acumules oro en la tierra, porque el oro es padre del
ocio, y éste, de la tristeza y del tedio.
31. Piensa que los otros son justos o lo serán, y si no es
así, no es tuyo el error.
32. Dios es más generoso que los hombres y los medirá con
otra medida.
33. Da lo santo a los perros, echa tus perlas a los puercos;
lo que importa es dar.
34. Busca por el agrado de buscar, no por el de encontrar...
39. La puerta es la que elige, no el hombre.
40. No juzgues al árbol por sus frutos ni al hombre por sus
obras; pueden ser peores o mejores.
41. Nada se edifica sobre la piedra, todo sobre la arena,
pero nuestro deber es edificar como si fuera piedra la arena.. .
47. Feliz el pobre sin amargura o el rico sin soberbia.
48. Felices los valientes, los que aceptan con ánimo parejo
la derrota o las palmas.
49. Felices los que guardan en la memoria palabras de
Virgilio o de Cristo, porque éstas darán luz a sus días.
50. Felices los amados y los amantes y los que pueden
prescindir del amor.
51. Felices los felices.