jueves, 6 de noviembre de 2014

EL MAESTRO JOSE ANTONIO ENCINAS EN EL LIBRO DE MIGUEL JAÑO

 Comentario crítico del  Dr.  Hernán Amat Olazábal *

Dr. Miguel Angel Jaño Poma, autor del libro PENSAMIENTO
PEDAGÓGICO DE JOSE ANTONIO ENCINAS. Este valioso
investigador aymara se nos fue tempranamente.
 Hay una dialéctica maravillosa entre la sociedad y la Escuela. En una primera instancia la Escuela nace de la propia sociedad, desde aquellos lejanos tiempos del sistema escolar de la Antigüedad greco-romana, del Calmecan de los aztecas, los Yachauhuasi  de nuestra civilización incaica, los centros escolares del siglo pasado, y así continúan los avatares de una problemática inagotable para su estudio y solución. La sociedad la pone en vida, pero con las raíces bien arraigadas en sus propias entrañas; de ellas se alimenta, pues de ellas recibe las múltiples tareas que debe realizar.

 Entonces la Escuela, en su segunda instancia, se envuelve en lo absoluto de las habilidades intelectuales, de las estrategias cognoscitivas, de la información verbal, de las destrezas motoras y de las actitudes para entenderlas, según una técnica y una metodología, con los problemas que han germinado en la sociedad, y ésta, inusitadamente y como una suerte de presión, le ha presentado en el devenir de los tiempos y las circunstancias.
 Pero la Escuela no puede quedarse en un absoluto intemporal, deshistorizada; en una tercera instancia se reencarna de nuevo, ahora para plantear las soluciones obtenidas en su reflexión científica o epistemológica. Así en esta dialéctica de encarnación, deshistorización y reencarnación, circulan problemas y soluciones, circuito abierto a la incidencia de los tiempos. Así es como la Escuela cumple su misión específica en cada sociedad.
 El maestro José Antonio Encinas (*), a través de su fructífera actividad educativa y vasta producción intelectual y científica podemos advertir que tuvo un especial interés por las corrientes modernas de la ciencia y de la educación. Conocía que la teoría del conocimiento parte de que la mente tiene una base cultural, que la inteligencia es una actividad adaptativa y que el aprendizaje es una realización práctico-vital. La inteligencia es la capacidad para solucionar problemas y situaciones nuevas; la inteligencia es, pues, un instrumento de soluciones
 La Escuela, como toda institución educativa al servicio de la sociedad, ha de estar siempre fuertemente condicionada por las diversas situaciones históricas en la que se halla inmersa. De ahí que en las tres primeras década del siglo pasado, un personaje egregio, un visionario y revolucionario de la  Escuela Nueva en el Perú, un maestro excepcional, el ilustre puneño José Antonio Encinas, propuso cambios radicales en los métodos y técnicas de enseñanza. Para lograr su trascendental cometido, eligió como laboratorio sustancial, dinámico y vibrante, el Centro Educativo Nº 881 de Puno, que dirigió con renovado brillo de 1907 a 1911.
 El maestro Encinas tenía amplios conocimientos acerca de los modernos postulados de la pedagogía moderna, como el experimentalismo de John Dewey (1859-1952), expuesta en sus obras en inglés: My pedagogic creed (1897), MI credo pedagógico; The School and Society (1899), La escuela y la sociedad; Moral Principles in Education (909), Principios morales en la educación, entre otras. Conocía las teorías de las Escuelas analíticas, especialmente la Escuela de Cambridge: análisis informal o análisis de lenguaje, con sus máximos exponentes, G. E. Moore (1873-1958) y L. Wittgenstein (1885-1951). Sin descuidar al positivismo social de Saint-Simon (1760-1825) y de A. Comte (1798-1857), imperante en su época.  
 El maestro Encinas, luego de haberse graduado en la Normal de Lima (1905-1906), puso en práctica en el Centro Escolar 881, sus excepcionales conocimientos de educador e impulsó a toda una promoción de adolescentes que años más tarde formarían el famoso e histórico grupo indigenista Orkopata. Tuvo una especial preocupación por la marginación del indígena, que testimonia en su famoso libro Educación del indio (1908).  
 Cabe señalar que la comisión encargada en redactar la llamada “Reforma educativa” de 1970, usó inescrupulosamente varias de las ideas, experiencias y sugestiones del maestro Encinas, pero sin mencionarlo en absoluto. Allí, en ese informe presentado al Ministerio de Educación, se advierte claramente las ideas plasmadas en sus obras señeras: La función social de la educación (1913); Ensayos de la escuela nueva en el Perú (1932); La educación de nuestros hijos (1938); El problema social del niño (1939); El problema sexual del niño (1939), y la Enciclopedia escolar Ercilla, entre tantas otras.
El libro fue prologado por el prestigioso investigador
peruano Dr.Hernan Amat Olazabal
La obra que tiene el lector en sus manos, no es sólo  el resultado de una novedad teórica o de una preocupación pedagógica o académica, es también, un diagnóstico. El diagnóstico de un mal que nos aqueja, que reclama medidas urgentes y drásticas, como las que soñó José Antonio Encinas y se proponen en la obra. Este mal se nos revela de muchos modos. Se trata de un mal crónico, adquiere en épocas de crisis mayor significación. Se siente entonces una necesidad más intensa de combatirlo.
 El libro objeto de este preámbulo, es el resultado de una  paciente, seria y proficua labor de investigación sistemática emprendida hace buen tiempo por el Dr. Miguel  Ángel Jaño Poma, un  joven investigador talentoso, escudriñador impenitente de bibliotecas y  documentos, autor Conociendo nuestros pueblos (Provincia de Huancané y sus distritos), del documentado libro la Historia de Moho (2005), y varios otros trabajos. Hoy nos demuestra sus dotes de investigador de calidad, con la entrega de un valioso y bien estructurado estudio sobre la obra pionera y los aportes sustanciales e imperecederos del insigne maestro José Antonio Encinas. En sus páginas se destacan los conocimientos eruditos  acerca de aquella  valiosa contribución que el maestro Encinas hiciera a la pedagogía y,  la sorprendente vigencia que aún posee en la educación peruana. Jaño Poma traza con agilidad y dominio  de los temas en cuatro enjundiosos capítulos. El primero, luego de los lineamentos biográficos del maestro, aborda con fruición el contexto sociocultural y político, la casi nula presencia del Estado y las precarias condiciones educativas existentes en el altiplano del Collao, en la época del maestro Encinas.  
 El segundo y tercer capítulos constituyen importantes aportes para el conocimiento y también para el esclarecimiento de las contribuciones que el maestro Encinas legó a la educación peruana y a la posteridad, tomando como modelo pedagógico propio que implantara en el Centro Escolar Nº 881 y, con mucha calidad, Jaño Poma culmina en el último capítulo de su obra, con un análisis y perspectivas futuras acerca de la trascendencia y vigencia de los planteamientos teóricos del insigne forjador de juventudes que fue el Amauta Encinas, Rector de la Universidad Mayor de San Marcos, magíster en Cambridge, con estudios en las universidades de Bolonia y Padua, doctorado en la Sorbona de París y fundador del Colegio Dalton, en Lima, que hasta hoy sigue lanzando óptimas y promisorias promociones. Por último, nuestro autor destaca la vigencia del maestro Encinas en lo referente a sus investigaciones y planteamientos en torno a métodos pedagógicos, acerca de la marginación escolar del indio, la tarea educativa de los padres y otros aspectos que se adelantaron a su tiempo. Por ello surgen las interrogantes: ¿y qué de la educación peruana del futuro? ¿Qué de las reformas educativas? ¿Qué de la evaluación de docentes del magisterio? Y, ¿qué de los dispositivos legales contradictorios acerca de la carrera magisterial? ¿Dónde radical el mal? El mal  no es de la Escuela o de la Universidad donde se desempeñó y tuvo actuación gravitante el maestro Encinas. El mal proviene del Estado. La Escuela y la Universidad reflejan lo que ocurre en la nación, porque forma parte de ella. Nuestro país, más que otros necesita una reforma radical. Un cambio profundo de las estructuras educativas. Y las entidades educativas deben participar activamente en el vigoroso proceso de reconstrucción. El maestro Encinas siempre pensó que la Escuela y la Universidad no cumplen con su misión si no se convierten en los  factores esenciales de aceleración del cambio.
 Pero la Escuela actual, tal como se viene propugnando, no está en condiciones de poder cumplir con su misión y su visión. Primero se la debe reformar, total y profundamente. La enseñanza debe practicarse con responsabilidad. Los programas de enseñanza deben ser fundamentalmente planificados. El propósito que el autor imprime en las páginas de este libro, luego de un análisis serio,  es la propuesta de rescatar los postulados pedagógicos del maestro Encinas, hoy más que nunca porque nuestra educación de halla postrada y en crisis. Propone finalmente, por qué se le debe reformar, en qué dirección y cómo se puede lograr el objetivo.

*Director de E. A. P. de Arqueología de la  Universidad Nacional Mayor de San Marcos