sábado, 9 de octubre de 2010

EL GIGANTE DEL TITICACA

Nina Alionka Mendoza Yanqui (Juliaca, 1993).

Los pescadores de la península de Capachica, se levantaron muy temprano. El gélido frío del Titicaca, les cortaba la piel. El viento de la madrugada les agujeraba el cuerpo como cuchillos que se plantan. Se reunieron alrededor de una fogata encendida en la playa lacustre, con totoras secas. Avivaron el fuego. A su alrededor chaccharon coca, y bebieron un mate caliente que trajo él mas anciano de los pescadores.
Como todas las madrugadas distribuyeron la faena. El viejo Zacarías, quien decía haber conocido a los últimos moradores de los Uros. Dibujó con el dedo ante los destellos de la fogata el plan a seguir para jalar la red tendida sobre las aguas del Titicaca. Dibujó una especie de V en la arena. Ordenando a los más jóvenes a ubicarse en la adelantada para tirar las cabuyas.
La coca tenía un sabor que no era amargo, ni dulce. Sabía un sabor especial, más o menos a tierra, cuando se humedece con el aguacero. Tragaron el sumo de la hoja de coca.
Pidieron permiso a la santa tierra y se embarcaron lago adentro en las frágiles balsas. El viento había disminuido su intensidad. Remaron hasta alcanzar las boyas que flotaban. Se ubicaron conforme a lo ordenado por el viejo Zacarías. Comenzaron a jalar hacia la orilla. Como nunca, la red parecía atada al fondo del lago. Se asustaron al comienzo. No se podía jalar. Pesaba mucho. Uno de los jóvenes gritó:
-¡Ahora como nunca, tendremos mas pescado!
Todos lo creyeron. Jalaron con mas fuerza. Temblaron sobre las balsas. Gruesas gotas de sudor les caía por la frente, se limpiaban con la manga de las manos.
- ¡Con mas fuerza!- Gritaban
Siguieron jalando. Centímetro a centímetro fueron ganando hacia la orilla. Era una de las faenas más difíciles de los últimos años. Al cabo de varias horas lograron vencer la dificultad del extraño peso en las redes. Saltaron de sus balsas para tirar desde la orilla. Sus pies descalzos se hundían en las frías arenas de la playa lacustre. Haciendo los últimos esfuerzos fueron extrayendo las redes. Con la débil luz del alba, fueron descubriendo en las redes millares de peces que saltaban, tratando de liberarse de las incomodas redes. Mujeres y niños, ayudaron a terminar por sacar las redes. Cuando con las ávidas manos se aprestaban a coger los peces vieron algo enorme que se movía al medio de la red. Todos saltaron hacia atrás. Los niños se asustaron y corrieron gritando.
- ¡No corran es un humanto grande! - Gritó el viejo Zacarías.
- ¡No, debe ser un muerto! - Gritaron los demás.
La tesis del muerto les convenció mas, que el misterioso nombre del pez que había anunciado Zacarías.
Fueron inmediatamente donde el Juez de Capachica. La autoridad llegó a la salida del sol en un brioso caballo. Desmontó apuradamente. Sus botines se hundían en la arena de la playa lacustre.
- ¿Dónde esta el cadáver? - Preguntó la autoridad. Todos señalaron con el dedo a las redes. El misterioso descubrimiento aun se encontraba en las aguas de la orilla, junto con algunos peces.
- ¡Sáquenlo, de una vez! - Ordenó la autoridad. Todos jalaron la red hacia la orilla. En la arena, se descubrió una extraña criatura. Parecía un enorme hombre verde. En sus ojos había fuego. Impaciente trataba de liberarse de las redes.
- ¡Es el mismo diablo! - Gritó el Juez.
- No, es un k'elli, una enorme rana que pasta en el fondo del lago- Dijo Zacarías.
- Daremos parte a la Universidad de Puno, para que vengan a investigarlo
- Se lo devolveremos al lago, es de la pachamama, si le hacemos daño, nos vendría toda clase de calamidades.
- Oiga, viejo andrajoso, si usted hace eso le meteré preso - Dijo furioso el Juez- Iré a llamar por teléfono a los científicos, así que no se olviden de tratarlo bien, ganaremos mucho dinero con la bestia del lago -
Montando a su corcel, se perdió en el horizonte, hacia Capachica.
Zacarías, hizo llamar al Paco del lugar. Era un hombre canoso, con las barbas crecidas hasta el pecho, se parecía mucho al Moisés de la Biblia. El Paco, extendió un poncho color vicuña sobre la arena. Allí hizo caer unas hojas de coca. En una pequeña vasija vació el vino. De rodillas pidió permiso a la tierra. Todos escogieron hojas de coca, depositando en la vasija de vino. Luego el Paco, echó el vino en la arena:
- ¡Si es de la madre Pachamama, debe ser su ganado!
- Ahora mismo debe regresar al lago - Dijo Zacarías.
Extrajo una pequeña navaja de su cintura, y se dirigió hacia el K'eli. La gigante rana verde, desde la red miró desesperado al viejo Zacarías. Con sus ojos imploraba que no le hiciera daño. Adivinando el temor de la rana, el viejo se acercó con una ternura infinita, como queriendo acariciarlo. Empezó a pasarle la palma de la mano, por sobre el lomo, las ancas. La rana poco se movía. Y suavemente comenzó a cortar la red, hasta que el gigante batracio quedó libre. Parecía agradecerle por haberlo liberado, bajo la cabeza, cerrando los ojos, estuvo varios segundos, como si estuviera orando. Luego se dio la vuelta y se zambulló en las aguas del lago, allí se perdió para siempre, ante la atónita mirada de los hombres.
Los pescadores ese día no habían recogido un solo pez. El susto les había dominado. Cuando se aprestaban a retirarse de las playas del lago, apareció una mujer bajita, de pies grandes con ojotas también grandes, acompañado de un perro negro.
- ¿Se ha perdido mi toro no lo vieron? - Preguntó
- No, no hemos visto, solo un gigante k'eli, hemos pescado esta madrugada, pero ya se lo hemos devuelto al lago - Dijo Zacarías.
- Ese es mi toro - Agregó la mujer.
Pensaron que estaba loca. La mujer se encaminó hacia el lago seguido de su perro. Y suavemente se adentraron como si estuvieran ingresando a un inmenso paraje. El agua no levantaba su pollera, su sombrero de ala ancha, permaneció en su cabeza, hasta que se sumergió por completo en el lago.
- ¡Es pachamama, la madre tierra! - Dijo el viejo Zacarías. Todos cayeron de rodillas en la arena, besándolo. Otros se llevaron puñados de arena a la boca.
Los pescadores desde ese día, dijeron que nunca mas volverían a pescar a los animales de la Pachamama.

Fuente: "LA CASA DEL CORREGIDOR" Leyendo junto al lago






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JULIACA CANDELABRO DEL HORIZONTE Y RUECA QUE GIRA ALREDEDOR DEL SOL

Por: Nina Alionka Mendoza Yanqui *

Juliaca, ciudad que ruge desde la profundidad de las oquedades de una zampoña. Tierra fundada por gentiles hombres que llegaron remando astrales balsas, surcaron desde planetas que giran en la copa de los Qollis.

Tu nombre magnetiza al poderoso viento que corre incasablemente en las púrpuras venas de América. Creciste como el bíceps de la blanca cordillera, y ahora tus hijos ondean banderas desde la cima de los arco iris en las frígidas madrugadas, buscando destellos de luz que nacen en el azul espejo del Titicaca.

Tu historia germinó en los andenes del Espinal, y floreció cubriendo el cielo con airampos, y ahora las salvias cantan tu grandeza en aromáticos romances del 24 de octubre.

Desde el añil de tu labios se escucha en estruendo el quejido de los Toqoros, que danzan persiguiendo estrellas que cruzan el fondo de tus ojos. La luz del Sol se convierte en el candelabro que ilumina los caminos pétreos, que se bifurcan en el horizonte poblado de cósmicos hombres de arcilla.

Viento que esculpe el rostro de bravos kollas, que parecen despertar en los campos de batalla después de cientos de años. Fieros guerreros resistieron y defendieron las murallas de tu raza galáctica.

Ombligo de raíces que crecen tejiendo la placenta de la madre Pachamama. Juliaca, laboriosa mano que lava en el río los colores del cielo y cura suavemente a los mártires del cuatro de noviembre, que cayeron defendiendo la dignidad y la estructura del pan.

Hombres y mujeres vestidos de hierbabuena, construyen en temeraria arquitectura nuevas comarcas en las profundas cavernas del corazón, desde allí emergen las kantutas de carnaval.

Estandarte azul que conquista los ojos del tiempo y corre de puntillas atravesando la transparencia de los días.

Juliaca, rueca que gira alrededor sol.

*Premio Nacional de Cuento.

CREACION DEL UNIVERSO, LOS ANCHANCHUS EN UMBRALES DEL TIEMPO

Fidel Mendoza Paredes y el maestro José Luis Ayala

Versión de Mariano Larico Yujra, entrevistado por el celebrado escritor José Luis Ayala, en su magistral obra “Literatura Aimara”
_¿Quien creó el mundo?
- El mundo lo creó el Apu Qullana Auki, antes de los incas.
- Los jintilis amarraban a los astros. En ese tiempo había más astros, luego han ido desapareciendo. Los astros se van envejeciendo o van desapareciendo, a veces chocan unos con otros y se van formando otros cuerpos nuevos. Quienes mejor conocían el cielo, el alaxa pacha, eran los amautas, en el tiempo de los incas. La gente común casi no conoce mucho, es difícil saber cuantas estrellas hay, es difícil contarlas, las estrella son igual al número de piedras, así son las estrellas. De las estrellas viene la helada, hay estrellas que traen heladas muy fuerte, heladas pequeñas, hay también heladas muy pequeñitas.
En el cielo yo he visto estrellas que viajan, estrellas que pasan de un sitio a otro, se detienen y poco a poco van recorriendo. Todo está dando vueltas, el sol da vueltas, todo da vueltas, nosotros también ahorita estamos dando vueltas aunque parece que estamos quietos, esa silla se está moviendo también.
- ¿Hay gente que vive en el alaxa pacha? ¿Qué pasa cuando la gente se muere?
-Bueno, hay el alaxa pacha, manqha pacha y aka pacha, hay tres mundos. Son distintos, diferentes; nosotros que estamos vivos, estamos hablando y viviendo en el mundo del aka pacha, es anterior al tiempo de los incas. En el tiempo de los incas había gente que sacaba oro de la manqha pacha, de las minas, había muchas minas de oro, de plata, pero como los españoles eran ambiciosos, entonces dijeron “cerraremos las minas”. Todos los que conocían las minas las cerraron con enormes piedras, palos, barros. Yo sé que cerca de Wila kunka* y Wancho han cerrado las puertas de las minas para que los españoles ya no entren ahí. Dentro las puertas de las minas para que los españoles ya no entren ahí. Dentro de las minas están vivos los anchanchus. Los anchanchus vigilan el oro, la plata, que son de los aimaras y quechuas, eso no les correspondía a los españoles, tampoco a los mistis. Muchos mistis también han encontrado oro, pero hay más, llena de oro está en la cordillera de los Andes, llena de plata.
- ¿Que son los anchanchus?
- Son seres que habitan las cuevas, allí hay mucha riqueza, tienen rostros de mistis, son medio gringo, son como los seres humanos, también se les llaman el Tiyu. Los anchanchus son de tres clases, los anchanchus antiguos, los anchanchus niños, en los ojos de agua. Entre ellos se comunican, se reúnen los anchanchus, también tienen sus fiestas, bailes, comidas, hay fechas en los que se reúnen, generalmente lo hacen a fin de año. Entonces los versan, se ponen a acuerdo y se van. Dicen que Antonio Riveros hablaba con los anchanchus, se peleaba, tenía ambiciones por haciendas, por casas. En Pallalla jaqi hay una puerta de los anchanchus, allí me llevó mi mamá y me hizo conocer, me dijo “Mira, esa es la puerta de los anchanchus” me contó que la señora Julia Riveros, había sacado plata, oro, había llevado 20 campesinos, hizo abrir la puerta en Pallalla jaqi y llevado oro a Huancané, había un campesino que se llamaba Gregorio Tito, ese había llevado en burros oro para los Riveros de Huancané.
Un día ese Tito estaba barriendo la casa de la señora Julia Riveros, de repente había notado cuatro culebras grandes en el patio y le había dicho: “Señora, señora, ¡mire usted las culebras, ¿las matamos?” Ella le contestó: “¡No, no hay por qué matarlas!, ¿Por qué vas a matarlas? Esas culebras se convirtieron en plata. La plata, el oro de Pallalla jaqi, la plata de las culebras se convirtieron en plata. La plata, el oro de Pallalla jaqi, la plata de las culebras después de Riveros lo guardaron en un tapado, en paredes de su casa eran anchas. Este Gregorio Tito había visto todo, contaba así: “En casa de los Riveros hay un tapado en las paredes. No sé como será ahora, creo que si se botan las paredes seguramente se encontraría el tapado, porque es oro de Pallalla jaqi, plata de Pallalla en forma de culbras”.
- ¿Has visto un anchanchu?
- Si, he visto un anchnachu
-¿Cómo es un anchanchu?
- Yo llegaba tarde a Wila Kunka, al pasar por un sitio que se llamaba Muruqullu, vi vi que un anchanchu apareció, dije: “¡Ahora si que me fregué!” Me acordé que era un anchanchu apareció, dije: “¡Ahora sí que me fregué!” Me acordé que era necesario silbar para ahuyentar a los anchanchus, traté de gritar y tampoco podía. El anchanchu comenzó a sonar: ¡Chin! ¡Chin! “¡Pucha! -dije- ¿Qué hago? No podía verlo de frente, con el rabo del ojo no más comencé a distinguir su presencia de misti, sus pies gruesos, bajito no más, redondo, grodo con barbas relucientes. Entonces me armé de valor y dije: “¡Carajo, yo soy aimara!” Y comencé a silbar. Poco a poco el anchanchu se fue apagando, luego caminé más, con más aplomo y pasé, pasé, así me salvé del anchanchu. Mucha gente que ha visto el anchanchu ha muerto, le salió sangre de la nariz, le reventó el corazón de impresión, de miedo, dice que para defenderse del anchanchu hay que golpear tres veces el sombrero en el brazo izquierdo ese día de casualidad me lastimé la mano izquierda, la tenía inutilizada, dos días antes me había caído y no podía mover el brazo, por eso no pude golpear con mi sombrero.
Hay mucha gente que ha desaparecido después de que ha visto el anchanchu, seguramente que los ha matado, degollado como a un corderito. Un día fui a recoger agua de phuju y encontré un gallo de color rojo estaba aleteando, lavándose, bañándose sus patas en el agua; dije : ¡Carajo, es otro encanto!.
TIEMPO DE JINTILIS, CHIRIWANUS Y GIGANTES
- ¿Cómo apareció el primer sobre la tierra?
- El primer hombre apareció del fondo del cerro Illimani, emergió de una cueva, de un barranco. Esa gente hablaba aimara, caminaba desnuda, vivía en cuevas, descubrió después el fuego, hizo la agricultura, domesticó sus animales, con el cuero de los animales y la lana se hicieron ropa y comenzaron a usar montera, vestían de esa manera, pero juntamente con ellos había venido el granizo.
Esa gente es la que trajo el granizo, así he escuchado en Wila kunka, cómo apareció la gente en la tierra. Entonces cuando viene el granizo nosotros nos recordamos de ser gente que vino del Illimani. Ahora esa ente ya se ha muerto, todos han desaparecido pero ha quedado el granizo, cuando el granizo aparece hay que tirarle: Viejo granizo anda vete, con q’urawas hay que tirarle piedras, se tira piedras al cielo, después suena ¡qhun!, ¡qhun! Y el fuego el humo hacia el cielo comienza a subir, a veces se quema pasto seco y verde con guano de asno y el granizo se va no más, es que el humo lo derrite al granizo.
En el fondo de ese barranco del illimani, hasta ahora ha quedado una mujer con un hombre, allí esa pareja tiene la suerte de estar permanentemente joven. Cada año salen del illimani y van hacia otros pueblos para llevar semilla, la gente que los ha visto dice que se conserva muy bien la carne de su rostro, de sus manos, de su cuerpo, dan varias vueltas por Bolivia y luego regresan al fondo del illimani. Después también he escuchado decir que los primeros que habían habitado la tierra han venido del lago Titicaca; salieron un grupo de personas también desnudas. (Esto que estoy contando, la gente que vino de Illimani y del Titicaca, es antes que los jintilis.)
En ese tiempo no había comprensión entre los hombres, era un tiempo lleno de guerras, andaban peleando entre ellos, hay una piedra que yo conozco, se llama piedra eslabón, esa piedra sirve para poder sacar el fuego. Los jintilis frotaban un pedazo de piedra sirve para poder sacar el fuego. Los jintilis frotaban un pedazo de piedra sirve para poder sacar el fuego. Los jintilis frotaban un pedazo de piedra eslabón con otra piedra y así hacían las primeras fogatas, el primer fuego, siempre ayudados con bosta de animales que hay en los cerros; con este fuego hacían sus asados de animales que hay en los cerros; con ese fuego hacían sus asados de pescado, también de aves.
Nosotros somos hijos de los jintilis en Pallalla jaqi, hasta ahora hay casas, ruinas de los jintilis. Es fácil reconocer por donde han caminado los jintilis porque a las piedras que ellos han tocado les han crecido barbas. Hay algunos barrancos donde todavía están vivos algunos jintilis, caminan desnudos y están en las parcialidades, ayllus y comunidades. Hay un sitio que se llama Qaquña, allí hay enormes ruinas con puertas chiquitas, las puertas son pequeñas y dan hacia el sol, yo no he visto.
Después estos jintilis han tenido guerras entre ellos.
Después se han convertido en quechuas y aimaras. También los quechuas y aimaras han tenido sus propias tierras, ellos son los que han construido los pukaras, o sea las fortalezas donde se reunían con sus ejércitos para guerrear. Después de las guerras que han tenido los quechuas y aimaras se pusieron de acuerdo y dividieron sus tierra, desde el río Ramis hasta el Cusco, se habla quechua, del río Ramis hacia Wila kunka, hacia Bolivia, hablamos aimaras tenían sus jefes, sus curacas, cada uno tenía a su cargo 100 hombres con sus familias, en ese tiempo se le distribuía la tierra para que cada uno trabajara, para no ambicionar más terrenos. Después los españoles nos pusieron otras autoridades, después con los mistis ya ha habido alcaldes, ahora hay tenientes gobernadores, a eso hemos llegado.
-¿Cuántos años hace del tiempo de los jintilis?
-Hacen muchos años, sería imposible poder calcular años de años, siglos enteros, porque es un tiempo que todavía no aparecieron los españoles. Los españoles son reientes, los quchuas han llegado antes, los aimaras han vivido muchos años solos, era el tiempo de los jintilis ¿Cuántos años serán?, es difícil calcular porque hasta la tumba de los jintilis cuando uno comienza a mirar, a desenterrar. Lo único que se encuentra son ollitas pequeñas, cosas de oro, de plata, eso demuestra que hace muchos años de la existencia de los jintilis, porque hasta sus casas han desaparecido.
-¿Ustedes conservan la tumban de los jintiles?
- Sí nosotros respetamos, pero los españoles saquearon sus tumbas, después también los mistis han saqueado, últimamente los evangelistas se han dedicado al saquear de los putukus de los jintilis, pero también ha muerto mucha gente al desenterrar las ollas, los enseres de los jintilis, dicen que lo lavan con gasolina y kerosén, han encontrado plata, oro, ropa, instrumentos. Yo conocí a un hombre que era de Paucarcolla que se dedica a saquear tumbas de los jintilis, le había entrado un polvillo amarillo por la nariz, ese polvillo amarillo le había recorrido todo el cuerpo, sería pues óxido del oro o de los metales, poco a poco su cuerpo se fue encogiendo, se han roto sus huesos, el hombre no podía morir hasta que llamó a un alma jariri que es una persona que se dedica a ayudar a morir, sólo con alma jariri murió.
- ¿Qué otros pueblos ha habido después de los jintilis?
- En el tiempo de los incas llegaron los chriwanos, no sé el nombre de ese inca, llegaron por Chile había llegado de las pampas donde la paja crece como árboles, se posesieron de Yana Juqhu, Pampa Yana juqhu, K’uchu Amaru, Pampa Amaru y Qichaya, en los cerros de Isqiña, tenían sus propias chacras, de allí querían atacar a los incas, se prepararon muchos años pero no pudieron llegar al Cusco, por culpa de ellos mataron aimaras; ellos también mataron aimaras les quitaron sus tierras.
Iban a la guerra tocando zampoñas grandes. Corrían como vicuña, llevaban banderas en las manos, banderas de muchos colores, cantaban himnos de guerras, gritaban en forma infernal, eran más que agricultores, guerreros, no para tener fuerzas. Pero los Chriwanos se han juntado con los aimaras, ha quedado un baile que se llama chiriwanos, entraban a Huancané corriendo, salían corriendo, tocaban sus zampoñas grandes; daban miedo, los mistis se asustaban, igual la gente de otras estancias y parcialidades, tenían vestidos con plumas, capa blanca, pantalón corto para correr, ojotas, banderas de muchos colores, tropas de ochenta, cien jóvenes guerreros bailaban con música sonora, retumbante.
-¿Qué idioma tenía los jintilis?
- Inventaron su idioma
- ¿Cuál era la talla de los juintilis?
- había dos portes de jintilis, unos eran de nuestra talla, como nosotros; hubo jintilis gigantes.
-Unos eran muy altos, del doble de una persona (2,30 m.) comían bastante, hasta crudo comían de hambre los pobres, eran humildes, no les gustaba la guerra, dormían en huecos hechos en sus corrales.
El último de los gigantes se llamó José Santos Mamani, era de Wariquyu, pintaba las de Huancané sin escalera, dormía en la iglesia, allí tenía un hueco con paja, papel y grandes chanakus, ayudaba a techar casas sin esfuerzo, entraba a las casas agachándose, su cuerpo necesita harta comida, le preparaban en la plaza con la ayuda de la población en una olla grande, tenía su mujercita que le acompañaba; en comparación, ella era bajita, cuando su mujer se cansaba de caminar al regresar a su estancia la cargaba sobre su cadera, corría dando grandes saltos, arreglaba mojinetes, capaba con dientes a los corderos, hacía adobes muy rápido, tapiales, paredes con grandes piedras, tomaba un balde de p’isqi, con diez panes de desayuno. Le gustaba mucho tocar zampoña, lloraba cuando le molestaban los niños. Un día le habían roto la cabeza, con una flecha, con una pedrada, era tierno, capaz de llorar por cualquier cosa.. Llegó a Huancané un conjunto de zampoñistas de Bolivia, un empresario de Viacha se lo llevó, la propaganda decía: “venga a ver al increíble indio gigante más grande del mundo que toca zampoñas”, y la gente curiosa lo miraba , pagaban por mirarlo, sufrió mucho en su recorrido por varios países, hasta que un americano se lo compró para disecárselo, se lo llevó a Estados Unidos, está disecado en Chicago, con su poncho, le sacaron las tripas, todo se padre, está parado en medio de un museo, así acabó el gigante, fue el último de una clase de jintilis.
- ¿Y los padres de José Santos Mamani eran gigantes?
- Eso no podría decir, no sé.
-¿Es posible distinguir ahora a los chiriwanos en Huancané?
- Ya no, han dejado de bailar porque los curas les han prohibido. LosTorres han prohibido esos bailes, los mistis han hecho desaparecer muchos bailes.
-¿Sí los chiwanos cantaban, conoces esa músicas?
- Si conozco, es música distinta, no es para bailar, es para escuchar, para correr; sabían cantar desafiando, pero también alabando a la pacha mama, a las comidas, al amor, a las mujeres bonitas.
* Wila kunka. Garganta sangrienta, comunidad aimara de Huancané.

JULIACA PUMA DE AMÉRICA


Por Fidel Mendoza Paredes*
Juliaca, en la visión del limeño citadino siempre será la comarca indeseable, una insólita quebrada de la serranía, quizá un accidente de urbanidad. Mucho verbo invirtieron los señoritos Pedro Salinas & Aldo Mariategui, gendarmes de la palabra, sepultureros del buen honor. Nos endilgaron insultos del más bajo nivel académico a los moradores de esta exitosa ciudad, hasta pensé que los señoritos se daban baños en las aguas servidas de Miraflores y Surco, bebían caviar de urea en las discotecas de Barranco, por supuesto mucha coca, amanecían con la reseca y en medio de eructos se ponían a escribir todas las sandeces que su peculiar cerebro producía, luego lo enviaban al diario, donde las coquetas secretarias no tardaban en entregar a los redactores.
Los juliaqueños hasta que punto podemos sufrir y soportar con estoicismo semejantes agresiones, hasta parece que nos gusta que nos lancen una andanada de escupitajos, o nos apedreen cada vez que se les ocurra pronunciar nuestro gentilicio. Condena más terrible no puede existir. Cuando nos tocó responder lo hicimos mal, un amigo que se creía en apariencia y en gustos a Jaime Beyle, pero con sesgo calcetero, se fue a la televisión local con su rostro desencajado, y luciendo su saquito de primera comunión, muy orondo dijo “Cuidado que respondan los muchachos de la ANEA o los que se creen intelectuales…. sólo yo debo responder…” En su razonamiento no cabía la inteligencia, sino la pitonería que lo hizo creer que el supuesto libro que publicó lo convertía en el sumo pontífice de Puno. Seguramente los señoritos Salinas & Mariategui, rieron y pensaron que Juliaca no tiene intelectuales, sino gente que vende su cuerpo y alma a los placeres de la carne y al intercambio comercial.
Pero ¿Cuánta razón tendrá Pedro Salinas? Ninguna sería la respuesta en defensa propia. Juliaca es una ciudad joven cuyo crecimiento demográfico es constante, debido a la permanente migración del interior de la región hacia la ciudad, también de otras regiones. “Es la futura Lima”, profetizan otros. Sin embargo, nos encontramos frente a un problema real, donde la presencia del Estado a través de sus organismos descentralizados se casi nulo, consecuentemente los problemas resultan irresolubles. Cuando llueve la ciudad está a punto de colapsar, porque el sistema de drenaje no responde, o no existe para estos eventos de la naturaleza; en las fiestas locales que convocan a miles de personas, la ciudad está a punto también de inundarse por la cantidad de bebidas alcohólicas que se expenden, no se instalan recolectores en lugares estratégicos; el transporte y el comercio ambulatorio han impuesto su propia ley. Nos encontramos en una disyuntiva donde llegamos a decir que Juliaca, necesita urgentemente la presencia del Estado. Sin embargo, ni el mejor Alcalde del planeta podría solucionar los problemas de la ciudad, sino la propuesta es la distritalización, sueño que nos ahogaron en los pasillos del Congreso de la República, una vez más Lima se oponía a nuestro desarrollo.
¿Puma de América? El puma es un felino que tiene un rugido estertóreo y fue objeto de culto desde las culturas del antiguo Perú. Los historiadores dicen que el lago Titicaca tiene la forma de un puma, trazo que no corresponde a la bondad de una deidad, sino una casualidad de la naturaleza. Juliaca, con el permanente desarrollo económico y cultural viene asumiendo los contorneos rítmicos del felino andino. Hasta hace poco desde Arequipa llegaban los calzados producidos por los medianos y pequeños empresarios, ahora la figura es al revés, de Juliaca salen los calzados hacia Arequipa; en Juliaca se produce la famosa tela polar a partir del reciclaje de botellas descartables; es en Juliaca, donde se carrosaron los desprestigiados buses camión; es en Juliaca donde se fabrican papeles higiénicos de diversas calidades; es en Juliaca donde los comerciantes del sur peruano realizan grandes transacciones económicas los días lunes y jueves, etc. La mayor parte de la banca comercial del país han aperturado sus oficinas en la ciudad de Juliaca, los créditos y ahorros superan enormemente las expectativas de los inversionistas; Las principales farmacias de capitales extranjeros igualmente despachan en Juliaca, es decir la ciudad es una urbe que mueve mucho capital.
En lo intelectual hemos logrado una hornada de escritores que si representan a Juliaca, que no sólo están pensando en localismos sino que ya han trasuntado por las páginas del Perú y América. Alberto Valcarcel, con varios libros publicados recibe comentarios elogiosos de la prensa especializada, inclusive el destacado crítico peruano Juan Ángeles Caballero, le dedicó un estudio publicado en libro por la editorial San Marcos; Gloria Mendoza es una de las voces femeninas representativas que forma parte en todas las antología de la literatura peruana y de América; Carlos Calderón Fajardo destacado narrador peruan0, ganador de premios internacionales; Rene Calsin Anco historiador acucioso que estudia la mayor parte de la literatura regional y presenta sus libros en las diferentes ciudades del Perú; Manuel Catacora Gonzales ex Fiscal de La Nación, autor del libro “Del folklore al delito”; Hugo Apaza Quispe, historiador que explica científicamente el proceso histórico, ya tiene publicados varios libros; Mención especial merecen los juliaqueñistas Walter Bedregal Paz, que es un de los permanentes animadores culturales, y Darwin Bedoya, uno de los poetas contemporáneos representativos, estos dos últimos anclaron su talento y su genio en la ciudad de Juliaca.
Ahora que más nos puede decir señor Pedro Salinas, usted y su amiguito de la gomina Aldo Maritegui. Creo que nada. Efectivamente en el pasado arreamos auquénidos ahora intentamos crear y fabricar automóviles de marca propia, sellar whiskis de la mejor calidad, confeccionar telas que superen a los casimires del planeta. Y no saben que nos preparamos en otra galaxia para conquistar el mundo, que nada nos costará porque tenemos generaciones que traspasaran todas las fronteras. Nos encontramos en esos sueños y proyectos. Inclusive pretendemos contar con una torre de lanzamientos espaciales, y eso no es todo, desde aquí pensamos prender la mecha de la tercera guerra mundial para apoderarnos de los mercados del mundo. Sin rencores les tendremos un empleo, les tocará barrer y limpiar nuestros inodoros, y pasar franela a los parabrisas de nuestros autos. Lo verán es trabajo fácil.
Eso si, reconocemos hidalgamente que tenemos malos políticos. Es un problema superable, nuestros neurocirujanos están estudiando la posibilidad de extirpar taras y realizar implantes de inteligencia, ojala con el tiempo acudan ustedes también a estos servicios profesionales, así mejorarían sus plumas en sus columnas.
Juliaca es el "Puma de América", ahora los medios nacionales se ven obligados a mencionarlo. Presidentes y Ministros han prestado especial atención a Juliaca, ya no somos solamente una piedrecilla en la horma de los zapatos, somos un dolor de cabeza. Somos los aguafiestas de la clase política del país.
*Escritor

FUENTE: Diario "Los Andes"- Puno, 24 de octubre del 2008

Fidel Mendoza, poeta y narrador andino.



(Entrevista del Diario "LA PRIMERA" Lima, 13 de junio del 2008)

Fidel Mendoza es un novelista que escribe desde el eje a la periferia. A su paso por Lima, lo invitamos para que hable un tema que conoce, la violencia social.

DATO

Fidel Mendoza (Huancané - 1972). Poeta, novelista y abogado. Ha publicado la importante novela Te esperaré en el cielo (2006). Editorial San Marcos.


- ¿Qué significa escribir en Juliaca?
- Juliaca, como ciudad cosmopolita, se ha convertido en los últimos años en el otro faro de los Andes, debido a la permanente producción literaria, igual que Puno. Ha eclosionado favorablemente consiguiendo un espacio importante en la literatura nacional.

-¿Cuáles son las limitaciones?
- Hay estereotipos creados desde afuera para desacreditar a la literatura que se escribe en provincias; sin embargo, los hombres más brillantes como Vallejo, Oquendo, Arguedas, Alegría, Churata, nacieron en las entrañas del Perú profundo.

- Entonces, ¿qué hacer frente a esta situación?
- Continuar trabajando con la perspectiva de abrir espacios propios para la literatura. El centralismo que nos asfixia no sólo se manifiesta en lo político, económico, sino también en lo cultural, es imposible seguir pensando que Lima es el Perú, o viceversa. Existen voces importantes que merecen tener un espacio para consolidar un escenario de Todas las sangres, como hubiera querido Arguedas. Desgraciadamente tenemos una cultura necrofílica, esperamos que el escritor se muera para reconocerlo y darle los honores a su producción, si es provinciano aún en la tumba es peligroso.

- ¿Cómo se ha comportado la crítica frente a tu libro?
- La crítica fue muy benevolente con mi libro. En las presentaciones que se hizo en Arequipa como en Lima, se vertieron diferentes comentarios, mi novela tiene como materia prima la violencia social de la década del 90, básicamente resume lo que ocurrió en el espacio geográfico aymara en la época del terror, que ningún peruano quisiera volver a vivir. La crítica en ese sentido lo ha tomado con cierta prudencia. Mi libro tiene en su trama historias de ternura, y ficción que son necesarias para enriquecer toda creación literaria.

- ¿Qué libro escribes ahora?
- Continuó trabajando en la narrativa, vengo preparando la publicación de otra novela casi similar a Te esperaré en el cielo, sólo que en la temática tiene un contexto internacional sobre una conflagración bélica en la región. La literatura tiene la posibilidad de adelantarse a los hechos, con una visión muchas veces previsora de los desenlaces que pudieran ser fatales para una nación.

http://www.diariolaprimeraperu.com/online/cultura/fidel-mendoza-narrador-andino_17865.html

Fuente: Diario "LA PRIMERA" - Lima