miércoles, 12 de septiembre de 2007

MEMORIAS Y POESIA DE FRANK RIOS ALCAZAR

Diario de un poeta que quiso humanizar a los esbirros de la cárcel

Por Fidel Mendoza


Frank Rios Alcazar, nacido en la ciudad de Huancayo, el 14 de diciembre de 1945, hijo de Francisco Ríos Valera y de doña Angélica Alcanzar Zevallos. Su vida desde su infancia fue azarosa, signado por la permanente lucha por la existencia. La literatura, sobre todo la poesía pareciera estar viajando en barcos fantasmas, estos navíos deambulan sólo para los valientes que desafían a las garras de la muerte. La pobreza es un requisito indispensable para inmortalizarse como los verdaderos hombres sin engreimientos ni mariconadas de refugio en la estética de la literatura. Vallejo, pagó el valor de su espíritu en la cárcel, Oquendo se tuberculizó y murió como los hombres mueren en su ley sin remordimientos en Navacerrada. Frank Rios, murió después de haber pagado culpa ajena durante varios años en la cárcel de Juli y la Capilla. Estuvo encarcelado por calumnias y sentenciado por la supuesta justicia ciega peruana, ciega cuando le conviene y por medio existen privilegios e influencia de los mafiosos que profesan como religión “el dinero”.
El diario y memorias de Frank Rios Palomino, escrito con su puño y letra en una de las celdas del penal de Juli, culminando su penosa travesía en el penal de la Capilla, llegó a mis manos a través de un amigo. Pude leer escenas innarrables que suceden al interior de los penales, me recuerda el libro de Poltorak, “Juicio de Nuremberg”, donde se relatan las bestialidades que cometían los nazis en los campos de concentración, mucho se asemejan estos reclusorios a los campos de exterminio masivo. Los hombres, eran sólo bestias con alegoría humana. Tomas Hobes, refiere que “el hombre es malvado por naturaleza”. Aquí el testimonio del compositor, actor y poeta Frank Ríos Alcanzar:
“En mi humilde trayectoria cuento con creaciones propias como son el huayno “Paloma Blanca” grabado por el Cholo Berrocal en su L.P. Tinieblas año 1976 y otros. Así mismo en 30 éxitos de Braulio Hito. Que de dicha composición hasta hoy no recibo mis derechos de autor, por situaciones económicas que requieren hacer los trámites de ley. Así mismo autor de cuatro obras cortas: Los olvidados; El huerfano celda 4577; El hijo del pueblo; El precio del castigo. Las cuales personalmente las pongo en escena en la modalidad de Monólogo”
Jueves 24 (noviembre (1997) Policías e internos como ensañados me acosaron, con diferentes amenazas para quitarme el cabello y afeitarme Me defendí manifestándoles que mi cabello es parte de mi faceta en el escenario, por mi trabajo como actor dramático, así mismo en cuanto a mi inspiración como poeta me da cierta facilidad..... con burla me dieron un plazo para cortármelo.
Viernes 26 (noviembre 1997).- El mismo policía Vilca, sin motivo alguno, me hizo correr cinco vueltas al patio ....
Domingo 27 (noviembre 1997).- El cobarde del policía Flabio Vilca, a horas 2.30 PM: antes de los acostumbrado despidió a las visitas para cumplir con su amenaza, en presencia de internos y policías.... el mal policía Vilca, dándome un puñete en el pecho me obligó a desnudarme poniéndome las marrocas hacia atrás en la manos, ordenó al interno “pajarito” cortarme el cabello mientras el resto gozaba con la humillación que pasaba, no conforme con esto me ordenó correr, bañarme sin consideración a mi edad . Concluyó su cruel obra este malvado policía haciéndome vestir con la ropa de un interno que tenía el mal de rasca rasca. No estuvieron presentes los que también en algunas veces me amenazaron los policías 1.- Medina y 2.- Pizarro.
Domingo 18 (Diciembre 1997).- Otro día más de soledad. Sin tener que comer, por faltarme todo lo necesario, en mi tristeza, solamente me conformo con mirar al resto de los internos que comparten con sus familiares la alegría de estar juntos.
Martes 20 (Diciembre 1997).- El policía del torreón que estuvo de turno el día que el interno intentó fugarse, lo siguió castigando físicamente por espacio de media hora advirtiéndole que en la próxima le metía bala sin compasión alguna.

Disfrutemos de los poemas que fueron escritos en la prisión. De cientos de poemas que tengo en mis manos, pude encontrar un hálito casi fatalista, a veces iconoclasta al extremo. Sin embargo los versos discurren por una sentimiento humano intensamente sutil y buscando el espacio para recordarnos que fue encarcelado injustamente. En la prisión perdió las dos piernas y al poco tiempo de salir con libertad condicional del penal de La capilla, falleció en el Hospital Carlos Monge Medrano de Juliaca, donde tampoco recibió un trato adecuado sino un despojo de sus bienes personales como silla de ruedas, incluso las golosinas que solía vender para sustentar sus alimentos. Encontrémonos con la palabra de Frank Rios Palomino.

¡TIZA DEL MAESTRO!

I
Tengo las manos manchadas de tiza
porque cuando escribo
jamás me lavo los puños
siempre hablo, en voz alta
sin temblar al escribir
libre con la zurda, desde abajo
II
De buena liana arrancaría
de sus libros, tanta historia
torpemente enteca
camino de hombres
sentenciados a mazmorras
III
Teoría de flores engañosas
historia de cuentos burilados
dictámenes de leyes insensibles
corrupción de zainos intocables
que el maestro endereza con certeza
IV
No invento nada
enseño viendo
sufriendo en caminos
cargando obreros
campesinos y médicos
que van aprendiendo
a escribir libertad
V
Poco a poco avanzas
gota a gota copas
chispa a chispa incendias
nos vamos haciendo
aprendiendo a escribir amarrados
con los rostros demacrados
nuestros cuerpos desnudos.
VI
Para un día llegar
a la alta cirugía
de nuestros dolores
despidiendo lágrimas
por las puertas del olvido.


¡MI DESPEDIDA!

Cuando me vaya para siempre
de este mundo insensible
no entierren con mis despojos
la honestidad de mis ruegos

Los que juzgaron mis pensamientos
con la celda del olvido
arrancando en mil pedazos
mi corazón herido

No olviden que mi agonía
es un paso a otra vida
dejando mi abnegación
para la nueva generación

Si es ley común de la vida
quitarme la vida entera
en el silencio y olvido
¡El poeta sigue vivo!

A la hora de mi partida
no llores madre querida
si me voy de esta vida
es dejando huella encendida

Y el día que yo muera
arrojen sobre mi tumba
agua que corre en el río
que bebe el campesino
para calmar mi agonía.


¡HASTA PRONTO LAURA!

¡Laura! La dulzura de tu rostro me fascina
al contemplarte diariamente con delirio
del lugar que el cruel destino nos separa
como dos aves enjauladas con el corazón herido

En mis horas de soledad veo tu imagen
cual radiante flor perfumada y muy hermosa
en el jardín que añoro tener como un bien mágico
tratando de dar alegría a mi vida aventurera

Enterado estoy que pronto saldrás libre
¡Lizebth! Tu fiel compañera que te espera
con ansiedad porque tu eres su adorada madre
gran esperanza en su vida futura.

¡Laura! No olvides que un día nos conocimos
subyugados tras las rejas de la prisión
cooperando como dos buenos vecinos
mediante misivas de gran comprensión.

Sólo te pido me reserves un lugar
en lo más profundo de tu corazón
porque algún día te sabré amar
sin reproches pero con sincera emociones.